La filosofía y la ideología abordan las grandes preguntas y creencias humanas, pero desde posturas radicalmente distintas. Mientras que la filosofía es un campo abierto y crítico, orientado a la búsqueda de la verdad a través del cuestionamiento constante, la ideología es una estructura cerrada que busca establecer verdades incuestionables, funcionando como un sistema de creencias que intenta simplificar realidades complejas.
La filosofía opera en el terreno de la duda y el análisis profundo, sin respuestas definitivas ni objetivos inmediatos. Es una herramienta que nos permite cuestionar, analizar y entender las múltiples capas de la realidad sin asumir una postura rígida. Nos invita a examinar nuestros propios prejuicios y creencias desde una mirada crítica y libre de imposiciones.
A diferencia de la filosofía, la ideología busca establecer y reafirmar un sistema de ideas coherente y convincente, cuyo propósito es guiar, y a veces manipular, el comportamiento y las opiniones de las personas. La ideología se manifiesta como un conjunto de ideas que simplifican y polarizan, apelando a nuestras emociones más que a nuestro sentido crítico. Es un instrumento de poder, utilizado para definir “amigos” y “enemigos”, y suele resistirse al cambio o al cuestionamiento.
A lo largo de esta lección, abordaremos los mitos más comunes que rodean a las ideologías, como la creencia de que estas son siempre necesarias para la cohesión social o que representan “la única verdad”. Examinaremos cómo las ideologías a menudo se presentan como verdades absolutas, dejando de lado la diversidad de interpretaciones y la complejidad de los temas que intentan explicar. Este análisis nos ayudará a identificar las “trampas” de las ideologías, permitiéndonos una mirada crítica y fundamentada.
Con esta introducción, daremos el primer paso hacia una comprensión clara de cómo filosofía e ideología se encuentran en tensión, y cómo este conocimiento nos prepara para una postura más libre y consciente en el mundo que nos rodea.